Liderazgo resiliente para tiempos de incertidumbre.
Índice de contenidos
- 1 La incertidumbre en la empresa.
- 2 El papel del líder en el desarrollo de una “cultura resiliente”
- 3 Pautas para un liderazgo resiliente
- 3.1 Involucra a todo el equipo para un cambio global
- 3.2 Muestra apertura ante las nuevas ideas
- 3.3 Aparca la competición y céntrate en la cooperación
- 3.4 Revisa tus propios valores como líder
- 3.5 Despliega tu empatía
- 3.6 Busca vías honestas de comunicación y ofrece perspectiva
- 3.7 Pon en práctica la escucha activa
- 3.8 Crea espacios de aprendizaje ante la nueva experiencia
- 3.9 Pon la mirada a largo plazo
- 3.10 Cuida las relaciones con otros colaboradores
La incertidumbre en la empresa.
Es duro liderar en tiempos de incertidumbre pero no hay que olvidar que para tu equipo también está siendo duro trabajar así.
La incertidumbre da lugar a rumores y falsas creencias que hacen temblar la estabilidad emocional de los trabajadores e impacta en su rendimiento. Es entonces cuando la actuación de un líder puede ser decisiva para la empresa.
Ante esta realidad resulta clave darse cuenta de que los tiempos de incertidumbre son una oportunidad para aprender y desarrollar el potencial de la empresa, en lugar de convertirlos en una carrera individual hacia la supervivencia que no tenga en cuenta las necesidades globales del equipo.
Para ello es necesario que aflore una actitud resiliente en la persona que lidera este tránsito.
La suerte es que sabemos que no solo las personas desarrollan una capacidad resiliente, sino que las organizaciones y comunidades también lo hacen. Esto nos señala una vía para actuar ante la situación generada por el covid-19. En ella que veremos, que aparte de provocar situaciones complejas a las organizaciones, puede constituir el motor ideal para revisar la cultura corporativa vigente dándole un nuevo giro hacia una “cultura resiliente” que permita avanzar y fortalecer la estructura de la empresa.
El papel del líder en el desarrollo de una “cultura resiliente”
En psicología definimos la resiliencia como la capacidad de adaptarse e incluso salir reforzado de una situación adversa. Para que esto pueda tener lugar, es necesario prestar atención a las oportunidades que conlleva esta realidad para crecer y el aprendizaje que puede derivarse de ella. Lo interesante de esto es que cualquier persona puede desarrollar esta habilidad que le permitirá afrontar traumas, dificultades o estados dolorosos de manera adaptativa.
Si aplicamos esta idea al contexto empresarial, nos daremos cuenta de que las organizaciones también pueden remar juntas en esta dirección. Así se desarrollará una cultura resiliente que ayude, en este caso, a afrontar con éxito las consecuencias generadas por la pandemia que estamos viviendo.
En consecuencia, para este momento, más que deslumbrar como líderes, la tarea es centrarse en alumbrar.
Por eso es tan importante que el equipo cuente con un buen modelo de referencia que muestre una actitud adaptativa ante esta situación tan cambiante y que sea capaz de responder de manera flexible a los reveses. Ya sabemos que para enseñar algo hay que dar ejemplo.
Así es como la persona que lidera puede transmitir la calma y estabilidad necesaria para que su esquipo mantenga la esperanza y pueda sacar lo mejor de él.
La cultura resiliente aporta así ese campo de cultivo que permite crecer juntos y gestionar imprevistos, anticipando consecuencias y soluciones. Es la capacidad que posibilita que la empresa se haga y se deshaga tantas veces como sea necesario sin llegar a derrumbarse.
Para animarte a ello, también te diremos, que pese a lo difícil que te pueda parecer llevar a cabo esta labor a día de hoy, lo cierto es que esta experiencia te hará madurar tanto a ti como a tu equipo. Recae en ti la decisión de verlo como un castigo o como una oportunidad para crecer e incentivar, fomentar la cohesión, el conocimiento, la comprensión… Difícil sí, pero merece la pena aprender.
Si te convence la idea no esperes más. Puedes comenzar poniendo en práctica las siguientes pautas y pronto verás los resultados.
Pautas para un liderazgo resiliente
Somos conscientes de que cada empresa o parte de ella, se ve afectada de una manera, encontrándose en un estadio diferente ante la nueva situación. En cualquier caso, hay pautas que sirven para sentar unas bases que allanen el camino. Entre otras que podríamos mencionar, te enumeramos las que no conviene obviar.
Involucra a todo el equipo para un cambio global
Para superar las dificultades que supone este momento de cambio constante es necesario trabajar en equipo desde todos los frentes y a todos los niveles. No se puede dejar fuera a ningún trabajador.
Por tanto, en lugar de hacer un esfuerzo denodado para encontrar por tu lado la manera de salir de esta situación y proteger a tu equipo, trata de darles alas para que se involucren. Así, en lugar de sentirse como parte de un problema, entenderán que se les necesita y que pueden seguir aportando valor.
Muestra apertura ante las nuevas ideas
Para que puedan sentirse parte de la solución es necesario abrirse a escuchar ideas, dando valor a todas. Nunca se sabe quién puede tocar la tecla adecuada con estrategias para planes de ahorro, nuevas vías de gestión, comercio… es el efecto lluvia de ideas. Quizá por sí sola no sea la mejor idea, pero te puede ayudar a que surjan otras.
Desde esta postura surge la necesidad de abrazar el cambio, en lugar de rebelarse contra lo que va a ser una realidad inevitable. Si adoptamos esta actitud podremos empezar a construir desde la realidad que hay, no desde la que nos gustaría que fuera. Para ello es necesario pensar diferente. Si seguimos pensando igual, todo habrá cambiado menos nosotros. Así es imposible la adaptación.
Para ello te recomendamos que permanezcas con apertura ante la novedad y el cambio sin aferrarte a expectativas rígidas.
Aparca la competición y céntrate en la cooperación
A partir de ahora la fuente de respeto va a emanar de aquel que sepa cómo colaborar, fomentar buenas relaciones y encontrar vías para el “win to win”. Por eso es tan importante que la persona que lidera transmita este espíritu de cooperación. Esta es la manera de seguir avanzando y acortar las distancias entre el equipo, los clientes o colaboradores de tal forma que el mensaje sea claro “piensa en el bien común, estamos todos unidos en esto”.
Revisa tus propios valores como líder
Es probable que hasta ahora te hayas guiado por unos valores que en cierta medida se quedan obsoletos. Tomar en cuenta estos aspectos que estamos mencionando y replantearte si estás alineados con ellos puede ser un buen inicio. Piensa si tus intereses han cambiado, si te sigue sirviendo lo que hacías antes, cuando el escenario era otro. Pregúntate hacia dónde quieres dirigir tus recursos personales y materiales a partir de ahora. Ahonda en qué puedes desterrar, pero también qué quieres conservar. Esto te ayudará a prever qué recursos personales vas a tener que fortalecer y cuáles debilitar. Es como un entrenamiento, en este caso emocional.
Puedes hacerte las mismas preguntas acerca de tu equipo y de los medios con los que contáis. Quizá puedas incluso compartir estas ideas con el equipo y valorar si su filosofía es flexible como para afrontar los cambios que puedan venir.
Despliega tu empatía
El equipo no espera de su líder solo buenas intenciones. Quiere, aparte de que tenga determinación, seguridad u honestidad, que sea capaz de empatizar expresando un interés genuino y una preocupación sincera por las personas a las que lidera.
En la medida en que actúes en esta dirección, en lugar de perder la autoridad, lo que lograrás será la fidelización y el apoyo de los empleados.
Busca vías honestas de comunicación y ofrece perspectiva
Para ello es necesario ser claros con la situación en la que nos vemos envueltos.
Cuando te pregunten responde la verdad sin dar rodeos. Esto generará una sensación de seguridad en tus empleados.
Si no puedes revelar lo que te preguntan, responde a las claras “que no lo puedes decir”. Si dices que no lo sabes y descubren por un tercero que sí, perderás credibilidad.
Si lo que ocurre es que no sabes responder a la pregunta, también lo puedes transmitir desde un marco de calma, animando a buscar soluciones en equipo.
A su vez conviene recordar que la comunicación es clave ahora. Calmar a los clientes ante la incertidumbre también es necesario. Puedes hacerlo con frases como “Ya hemos pasado por otros momentos difíciles” “hemos vivido muchas otras épocas de cambio” “La inseguridad forma parte de la vida” “No se puede dar nada por sentado para siempre”. Es decir, ofrece una visión con perspectiva y sabiduría.
Pon en práctica la escucha activa
Lidiar con los rumores es difícil. Los malentendidos corren como la pólvora cuando vivimos en tiempos de incertidumbre y por momentos te sentirás ofendido o dolido por los comentarios. Es necesario que tengas momentos para recuperar la calma y poder afrontar lo que estamos viviendo desde la comprensión. Por eso es tan importante que sepas escuchar y estar informado de lo que ocurre en otros departamentos, para anticiparte a las quejas o posibles conflictos y aprovechar la experiencia de tus compañeros que lideran otros equipos.
Si mantienes una escucha activa animando a que todos se expresen libremente, podrás comprobar el estado de ánimo de los trabajadores. Así te será más fácil adelantarte al conflicto y buscar soluciones antes de que todo explote y sea más difícil de reconducir. Esto favorece el compromiso e involucra al equipo.
Crea espacios de aprendizaje ante la nueva experiencia
En ellos se intentarán transformar inconvenientes en experiencias positivas, extrayendo lo mejor que aporta cada situación. Se comentarán situaciones que a priori parecían un revés, y cómo se transformaron en una oportunidad. Esto fomentará la resiliencia del equipo, incitándoles a explorar en esta capacidad.
Conviene por tanto acercar al equipo herramientas que puedan reforzar sus recursos internos, es decir, no centrarse solo en formar desde lo cognitivo o cognoscitivo, sino incluir también lo emocional, o espiritual.
Pon la mirada a largo plazo
No busques resultados inmediatos, ni en tu conducta ni en la evolución de la empresa.
Es importante darse tiempo para adaptarse al cambio, para valorar los aciertos o errores e ir construyendo. Así mismo cabe esperar que surja, a su debido tiempo, una nueva línea de trabajo emergente. Sin lugar a duda esta traerá buenos resultados a través de la innovación y el esfuerzo.
Cuida las relaciones con otros colaboradores
Recuerda que las relaciones que crees en estos momentos van a dejar huella en los corazones.
Cómo tratemos a nuestros clientes, empleados, compañeros, en un momento en que las emociones están a flor de piel, no se va a olvidar fácilmente. Busca en lo mejor que puedes ofrecer y no escatimes en darlo. La respuesta puede ser lenta, pero llegará.
Con esto nos despedimos esperando que recordarte estas claves te haya servido de ayuda. Puede ser un camino incómodo, pero desde luego, merece la pena transitarlo.
Psicóloga clínica. Formadora. Doctora en Técnicas de Meditación y Mindfulness.
Compagina la práctica clínica con la docencia y formación en empresas.