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La Técnica SMART y los beneficios de marcarse propósitos de año nuevo

Objetivos para año nuevo

La Técnica SMART y los beneficios de marcarse propósitos de año nuevo.

Las personas solemos marcarnos nuevos propósitos, metas y objetivos. Independientemente del nombre que utilicemos, siempre implican cambio a mejor, implican evolucionar. El problema es que, cuando no conseguimos aquello que nos habíamos planteado, también aparecen emociones negativas, como la culpa o la frustración.

La importancia de marcarse nuevos propósitos de cambio.

Todas las personas en algún momento de su vida, se han planteado propósitos de cambio, sean grandes, medianos o pequeños.  Existen 2 momentos en el año donde es más probable ese planteamiento, porque hay más necesidad de realizar un “reset” y mejorar: en Enero, con el año nuevo, y en Septiembre, por el nuevo curso académico. De hecho, en esas fechas, es frecuente ver una considerable proliferación de campañas publicitarias de las empresas relacionadas con aquellos propósitos de cambio. Por ejemplo, las academias de idiomas, las Universidades o los gimnasios. Dichas empresas saben que miles de personas tienen sus mentes más “abiertas” a plantearse un cambio o una mejora.

Todos somos expertos en plantearnos estos propósitos de cambio para año nuevo: hacer más deporte, usar más las escaleras, comer más sano, aprender un nuevo idioma, dejar de fumar, etc. pero también somos expertos en ponernos trampas a nosotros mismos, es decir, excusas (“no tengo tiempo”, “ahora no puedo con todo”, etc.). De hecho, un estudio de la Universidad de Scranton (Pennsylvania) concluyó que sólo el 10% de la población consigue cumplir todos los propósitos que se plantea. Así mismo, una encuesta elaborada en la Universidad de Stanford (California) revela que el 40% de los propósitos se abandonan ya en las primeras semanas.

Entonces, ¿por qué seguimos proponiéndonos objetivos si sabemos que muy probablemente no los cumpliremos y nos sentiremos mal por ello? Porque imaginar que lo logramos nos hace sentir mejor y porque nos permite relajarnos. Así lo afirma Francesc Núñez, doctor en Sociología y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la  UOC, que explica que “caemos año tras año, y a veces toda la vida, porque al pensar dichos propósitos ya sentimos placer. Cuando uno fantasea con lo que va a hacer, ya empieza a generar sentimientos positivos”.  Núñez también explica que los propósitos son un deseo que se proyecta en el futuro: Normalmente tendemos a aplazar el esfuerzo. Retrasar la fecha en la que queremos empezar a hacer algo nos aporta legitimidad. Hoy puedes fumarte un cigarrillo porque mañana ya lo vas a dejar”, concluye.

A pesar de los datos, parece necesario (y recomendable) que las personas sigamos proponiéndonos nuevos propósitos de cambio, ya que estos cambios, por pequeños que sean, si los mantenemos en el tiempo, suponen numerosos beneficios, sobre todo al lograr un mayor equilibrio vital.

Beneficios de los propósitos de cambio: el equilibrio vital

Si logramos mantener los cambios propuestos, conseguiremos un mayor equilibrio vital, que supone dedicar tiempo de calidad (aunque sea en poca cantidad) a aquellos temas o asuntos que sean importantes para cada uno de nosotros, en función de nuestros valores personales.  Es decir, si para una persona la “familia” es un valor importante, necesitará poder dedicar tiempo de calidad con los miembros de su familia para sentirse satisfecha. O si para otra persona, lo importante es el “aprendizaje”, este valor debería también estar presente en su vida, sea en su área profesional o en otra. En resumen, mantener un equilibrio, supone atender todas aquellas áreas vitales que sean importante para nosotros. 

Más allá de la satisfacción, poder mantener un equilibrio vital tiene importantes beneficios:

  • Es una de las mejores herramientas antiestrés que existe, ya que toda la “batería emocional” que se nos puede descargar con las dificultades y demandas que existen habitualmente en nuestro ambiente y en nuestra rutina, se “recarga” cuando sentimos que dedicamos tiempo a esas otras áreas de la vida importantes para nosotros.
  • Fomenta el autoconocimiento, ya que implica preguntarnos quién somos, y qué “nos mueve” en esta vida, además del trabajo.
  • Aumenta nuestro nivel de empoderamiento, ya que somos nosotros los que decidimos qué hacer con nuestro tiempo, y se disipa la sensación de sentirnos arrastrados por la rutina.
  • Finalmente, todo ello favorece nuestro bienestar emocional y mejora nuestra calidad de vida.

Beneficios de marcarse nuevos propósitos

¿Por qué es tan difícil alcanzar nuestros propósitos?

En mayor o menor medida, todos estaríamos de acuerdo en los beneficios que implica plantearse nuevos retos o propósitos y mantenerlos, así como la necesidad de lograr este equilibrio vital. A pesar de ello, como hemos visto, sólo el 10% de la población lo logra. Entonces, ¿cuáles son los motivos?

La principal razón para no conseguirlo es que dicho propósito está mal definido. Un propósito tiene que ser concreto, positivo, medible, y visualizable, es decir, que genere una imagen en nuestro cerebro. Así mismo, es imprescindible que la nueva meta sea coherente con nuestros valores personales. 

Definir el nuevo propósito a través de la “Técnica SMART”

A continuación, explicaremos paso a paso, la herramienta SMART, para lograr definir de manera adecuada un nuevo objetivo. Dicha técnica nos servirá como guía para testear si nuestro propósito está bien definido, y por tanto es más fácilmente asumible, a través de las siguientes preguntas:

S (“Specific”): ¿Qué quiero conseguir exactamente y en qué fecha?

El cerebro debe entender sin ningún tipo de ambigüedad qué es lo que queremos conseguir y cuándo. Para ello es necesario poner fecha al propósito, y a las submetas, que pueda incluir:

“Iré al gimnasio, que está en la calle Valverde, los lunes y los jueves, a las 18h, a partir del lunes día 20 de enero. Posteriormente, a partir del lunes 17 de febrero, iré al mismo gimnasio los lunes, los martes y los jueves a las 18h.”

M (“Measurable”): ¿Cómo sabré que lo he conseguido?

Debemos marcarnos los parámetros necesarios para saber si lo hemos conseguido:            “Cada día que vaya al gimnasio, lo registraré en el calendario del móvil.”

A (“Affirmative”): ¿Está formulado en positivo?

El cerebro funciona con imágenes; es decir, cualquier frase que digamos o pensemos, nuestro cerebro creará una imagen para una mayor comprensión. Ello convierte el propósito en una meta visualizable. Es importante tener en cuenta que la única palabra que el cerebro no sabe convertir en imagen es la palabra “NO”. Por esta razón, los nuevos objetivos deben formularse siempre en positivo: En lugar de “No ser sedentaria” decir “Hacer deporte”

R (“Resonant”): Si te esfuerzas en conseguirlo, ¿Sentirás que estás siendo más fiel a tus valores?

Si un propósito no es coherente con los valores personales de cada uno, está abocado al fracaso. Ser coherente con uno mismo implica que lo que pienso, siento y hago está alineado…es decir, va en la misma dirección.

En este punto, es importante saber qué es un “valor”. En resumen, podríamos definir los valores como aquellas cualidades importantes para cada uno de nosotros. Son diferentes en cada persona y están influidos por la educación, la cultura, y las experiencias. Estos valores son más o menos siempre los mismos, aunque según en qué momentos de la vida, priorizaremos unos más que otros: familia, amistad, aprendizaje, libertad, justicia, etc.

T (“Thrilling”): ¿Te emociona? ¿Te empuja y te hace querer empezar ya?

Si el propósito no despierta cierta ilusión en la persona, será más difícil lograrlo. Por ello, es importante plantearlo desde un punto de vista “emocionante”. Es decir, lo importante no es el “por qué”, sino identificar el “para qué” nos planteamos dicho propósito…y esa finalidad debería emocionarnos: “Ir a entrenar los lunes, los miércoles y los sábados para correr la maratón de New York”.

Técnica SMART

Como vemos, si formulamos nuestro propósito de año nuevo de manera adecuada, tendremos más probabilidades de éxito, con los beneficios directos expuestos en cuanto a nuestro equilibrio vital, nuestro bienestar emocional y nuestra calidad de vida.