Automotivación, la llave que abre la puerta a la felicidad
Cuando suena el despertador para ir a trabajar y lo único que quieres es esconderte en las sábanas para que nadie te encuentre, quizá es que te falte motivación. ¿Sabes cómo automotivarte para que tu trabajo te resulte interesante?
ITAE empresas te da ideas para que recuperes tu ilusión por ir a trabajar.
Índice de contenidos
- 1 ¿Qué significa estar presente?
- 2 ¿Por qué perdemos la motivación por ir a trabajar?
- 3 ¿Qué puedes hacer para fomentar que tu equipo esté presente?
- 4 Tipos de motivación
- 5 Claves para mantenerte motivado en el trabajo
- 5.1 Elimina las quejas
- 5.2 Rodéate de gente positiva
- 5.3 Sal de la zona de confort
- 5.4 Focalízate en lo que está saliendo bien
- 5.5 Mantén un pensamiento positivo
- 5.6 Sé agradecido
- 5.7 Refuérzate a ti mismo
- 5.8 Busca fuentes de inspiración
- 5.9 Evita la postergación.
- 5.10 Fíjate objetivos realistas
- 5.11 Empodérate
Todos somos conscientes de la importancia que tiene la motivación para nuestras vidas.
Son muchas las veces que hemos visto pasar las horas sin mover un dedo porque no estábamos especialmente motivados con la situación, incluso cuando se trata de hacer alguna actividad de ocio.
Nos hemos sentado en el salón y hemos dejado que pasase la tarde sin pena ni gloria porque realmente nos faltaba motivación como para ir al cine, dar un paseo o salir a comprar algo.
Pues con el trabajo pasa lo mismo. No sólo se trata de disponer del conocimiento necesario o las capacidades para hacer frente a la tarea sino, que apetezca hacerla, es decir, de sentirse motivado.
En este sentido también hemos podido comprobar cómo una labor para la que nos sentíamos útiles, capaces, valorados y que adquiría sentido para nosotros, la llevábamos a cabo con absoluta fluidez. En esos momentos de concentración en lo que estás haciendo, no hay lugar para las dudas, el abatimiento, el aburrimiento o la desidia.
Dado que tenemos claro que una motivación adecuada aumenta la productividad y la alegría, nos preguntamos ¿por qué no aprender a motivarnos a nosotros mismos para lograr que el trabajo sea algo que nos aporte satisfacción y bienestar?
Desde luego, si lo conseguimos serán todo beneficios sin ninguna contraindicación ¿no crees?
-
¿Qué significa estar presente?
La motivación es un estado que nos ayuda a afrontar con éxito nuestros retos o dificultades y nos mantiene con la energía óptima para alcanzar los objetivos que nos proponemos. De esta forma nos acompaña para que podamos disfrutar tanto del proceso como del resultado.
La automotivación por su parte, es la capacidad de motivarse a uno mismo.
La buena noticia es que esta capacidad se puede entrenar para que podamos mantener una motivación personal que nos abra a chorros nuestra fuente de energía emocional. Éste es el camino para garantizarnos un buen estado de ánimo y poder sentir la deseada plenitud laboral.
-
¿Por qué perdemos la motivación por ir a trabajar?
Si somos conscientes de que mantener la motivación nos permite disfrutar del trabajo y por tanto ser más felices, y que mantenerla está en nuestras manos ¿por qué nos permitimos descuidarla hasta caer en ese hastío que nos roba la energía?
Son muchas las situaciones que nos llevan a este estado;
-
La rutina
-
Estrés
-
Malas experiencias y fracasos
-
Creer que la motivación aparece de manera espontánea
-
¿Qué puedes hacer para fomentar que tu equipo esté presente?
- Propicia una mayor claridad mental.
- Desarrolla la creatividad.
- Facilita para la toma de decisiones.
- Impulsa una actitud proactiva.
- Ayuda al logro de objetivos.
- Incrementa la satisfacción laboral.
- Garantiza un estado de ánimo positivo…
-
Tipos de motivación
-
Motivación extrínseca
-
Motivación intrínseca
-
Claves para mantenerte motivado en el trabajo
-
Elimina las quejas
-
Rodéate de gente positiva
-
Sal de la zona de confort
-
Focalízate en lo que está saliendo bien
-
Mantén un pensamiento positivo
-
Sé agradecido
-
Refuérzate a ti mismo
-
Busca fuentes de inspiración
-
Evita la postergación.
-
Fíjate objetivos realistas
-
Empodérate
Cuando sentimos que todo se repite entramos en un modo de actuar que denominamos “piloto automático” en el que no prestamos atención a lo que hacemos, simplemente lo hacemos aprovechando el rebufo de la costumbre. Esto suele pasar cuando dominamos nuestra área de trabajo y ya no nos supone un reto. En este caso no necesitamos apenas prestar atención, ya que casi, podríamos hacerlo con los ojos cerrados.
Desde luego, cuando pasamos así las jornadas laborales es difícil que nos percatemos de las cosas positivas o de las oportunidades, ya que ni siquiera estamos con energía para plantearnos afrontar un reto nuevo.
Cuando vamos corriendo, perdidos entre mails, llamadas, demandas de compañeros, jefes o clientes, raramente pensamos en nuestro estado de ánimo o en qué necesitamos. Nos enfocamos únicamente en resolver las tareas sin descanso de tal manera que nuestro cuerpo y nuestra mente acaban agotados. En el momento en que esto pasa es difícil que quede energía y entusiasmo para pensar en lo que nos gustaría hacer o cómo querríamos hacerlo. El resultado, si no se ponen los medios para evitarlo, será tristeza, desmotivación, sensación de vacío…
Quedarnos anclados en lo que ha salido mal, en aquello que no conseguimos, o en el miedo de que algo peor pueda venir, genera una sensación de inseguridad que poco ayuda a mantener la ilusión por lo nuevo, por probar algo diferente o por compartir otras ideas.
Esto merma nuestra creatividad y nos ancla aún más en la rutina, siendo la pescadilla que se muerde la cola. Por eso es fundamental forjarse una actitud resiliente que ayude a afrontar los tropezones de la vida y nos dé la fuerza necesaria para seguir delante de manera adaptativa y trascendente. Aquí radica una de las claves para mantener tu energía a punto y conservar un espíritu alegre con la esperanza enfocada en que siempre puede venir algo mejor.
Automotivarse, como hemos dicho, es un acto voluntario para el cual podemos contar con numerosas herramientas que nos ayudarán en nuestro propósito de mantener un estado de motivación adecuado.
Esperar a que nos entren ganas para iniciar una tarea que en principio nos cuesta llevar a cabo, es un error. Cuando comienzas una tarea, por insidiosa que sea, el cerebro comienza a enfocarse en la resolución de ésta y no querrá parar hasta que esté acabada. Esta manera de proceder es una tendencia evolutiva de nuestro cerebro, y sabiendo que contamos con esa ayuda natural, no tienes más que comenzar a trabajar y verás que poco a poco te vas enganchando. ¿Cuántas veces te ha costado trabajo ponerte a hacer algo y luego no podías parar? El riesgo es esperar a que nos entren ganas de hacerlo. Si pensamos así, se quedarán las cosas en el tintero. Por eso es importante confiar en que al ponerte, todo saldrá rodado.
A estas alturas no tenemos duda de que mantenerse motivado favorece no sólo nuestro estado de ánimo, sino, que además nos ayuda a ser más productivos.
Si tenemos en cuenta la lista de beneficios que demuestran los numerosos estudios sobre motivación y bienestar laboral entenderemos esta relación tan positiva entre automotivación y productividad.
Entre muchos otros beneficios, los estudios suelen destacar:
Dependiendo del tipo de recompensa que encontremos por realizar determinada tarea, diremos que nuestra motivación para llevarla a cabo es extrínseca o intrínseca.
Sentimos que nuestra motivación es extrínseca cuando nuestra recompensa por realizar la tarea depende de un suceso externo a nosotros, es decir, cuando trabajamos para conseguir un sueldo a fin de mes, o para tener acceso a otros privilegios como viajar u obtener el reconocimiento de alguien importante para nosotros. El inconveniente de este tipo de motivación suele ser que una vez que ha tenido lugar la recompensa hay que volver a buscar otra fuente de motivación o esperar a que la anterior se repita.
Sentimos que nuestra motivación es intrínseca cuando la recompensa estriba en el mero hecho de realizar la tarea. Un claro ejemplo es cuando tenemos un hobby.
También lo hemos podido sentir cuando estudiábamos algo que nos gustaba más que por conseguir un título o alcanzar unas notas.
En el trabajo también lo vivimos así cuando reconocemos que pese a ser un medio para vivir, nos gustaría seguir haciéndolo aunque no cobrásemos por ello.
Este tipo de motivación surge de intereses, curiosidades o necesidades personales. Por este motivo, cuando nuestra motivación es intrínseca sentimos que al realizar la tarea hemos crecido a nivel personal.
La ventaja que ofrece este tipo de motivación es que se autorregula por la propia persona, sin necesidad de depender de ningún factor externo.
¡Haz la prueba! A fin de cuentas, como dice Elsa Punset “Somos la media de la gente de la que nos rodeamos” en su vídeo “cómo motivar a los demás”.
Mira a tu alrededor y toma consciencia de lo que tienes. A veces nos olvidamos de la suerte que tenemos. Busca técnicas de Mindfulness que te ayuden a cultivar una mirada más atenta.
No esperes refuerzos externos. Sabes que cuentas con mecanismos muy valioso para transformar necesidades autoimpuestas en refuerzos intrínsecos más valiosos para ti. Reconecta con tus valores y tendrás un brújula segura.
Recuerda a aquellos que te enseñaron lecciones de vida importantes, busca biografías de gente que se guía de manera apasionada en su trabajo, pide consejos a aquellos que admiras. Ellos te mostrarán otra realidad.
En lugar de esperar a tener ganas de hacer algo, ponte a hacerlo y verás como esto ayuda a que te vengan las ganas.
No hay nada más motivante que sentir que las cosas van saliendo como esperábamos. Y para no llevarnos sustos, lo mejor es ponerse metas intermedias hasta llegar a la principal, para comprobar así que vamos por el camino adecuado. Esto te irá recargando las pilas.
No existe mejor manera para frustrarse que pensar que no puedes hacerlo.
Para coger fuerza, es necesario automotivarse confiando en que sí podemos hacerlo y que merece la pena el esfuerzo. A este proceso Scott Guellert, profesor de psicología en la Universidad de Virginia en Estados Unidos, le llama empoderamiento.
Después de numerosas investigaciones concluye en el vídeo The psychology of self-motivation que debemos hacernos tres preguntas:
¿Puedo hacerlo? Es decir, tengo los conocimientos, el tiempo, los medios…
¿Sé cómo hacerlo? Cuento con los recursos personales necesarios…
¿Me merece la pena? En este caso pensaré si lo hago por alcanzar algo que quiero o si por el contrario estoy huyendo de alguna consecuencia. Si lo hago porque considero que es una opción que me llena, y mi respuesta a las dos primeras preguntas es afirmativa, me sentiré con todo el poder para lograr aquello que busco.
Por último recuerda:
Lo más difícil es mantenernos motivados cuando se tuercen las cosas, vivimos situaciones nuevas que nos mantienen agotados, caemos en la rutina, sufrimos un revés o no actuamos como nos hubiera gustado… y sin embargo, es cuando más necesitamos la motivación.
Por este motivo, es muy importante que prestes especial atención a cuando te sientas en estas situaciones y practiques con más fuerza aún las claves que te damos para convertir ese bache en un jardín que te ayude a crecer, mejorar y ser feliz.
Psicóloga clínica. Formadora. Doctora en Técnicas de Meditación y Mindfulness.
Compagina la práctica clínica con la docencia y formación en empresas.