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Asertividad laboral

Consejos para mejorar la asertividad en el trabajo.

Consejos para mejorar la asertividad en el trabajo. Aprendiendo a detectar la asertividad en los equipos de trabajo. Conoce las pautas para poder desarrollar la asertividad en un entorno laboral saludable.

Entendiendo la Asertividad; los tres estilos de respuesta

La Real Academia Española define la asertividad como la “cualidad de ser asertivo”. Y, ¿qué implica ser una persona asertiva? Algo tan aparentemente sencillo como expresar nuestra propia opinión de manera firme. La cuestión es que esto que parece tan natural y lógico puede convertirse en un reto difícil de lograr.

Walter Riso, en su obra Cuestión de dignidad (2004), hace referencia a lo que habitualmente nos impide ser asertivos: la presión social. Es habitual aprender a ser sumisos, en el contexto de una sociedad exigente, con el fin de ser aceptados. Riso refiere que nadie nace predeterminado a ser sumiso, sino que es algo que se suele ir adquiriendo gradualmente y que conlleva un gran peligro: acabar siendo marionetas humanas y, por tanto, personas infelices. Pero, tal y como sostiene dicho autor, la defensa de la identidad personal es un proceso natural, saludable y necesario. Y detrás de una conducta asertiva, hay un acto de dignidad personal que ayuda a crecer nuestra autoestima. 

La asertividad, junto a la pasividad y la agresividad, componen los tres estilos básicos de comunicación. La asertividad, como decíamos, es el estilo sano, el que nos aportará bienestar en muchos sentidos. Pero conozcamos también los otros dos estilos, para poder transformarlos.

El estilo pasivo implica no ser capaz de expresar abiertamente los sentimientos, pensamientos u opiniones. O expresarlos con disculpas o con falta de confianza. En definitiva, conlleva una falta de respeto hacia las propias necesidades. 

Consecuencias del estilo pasivo:

  • Estados depresivos
  • Sentimientos de incomprensión o manipulación
  • Emociones de rabia e ira
  • Pérdida de oportunidades
  • Sensación de no tener el control
  • Baja autoestima

El estilo agresivo, en cambio, se basa en defender los derechos personales y expresar los pensamientos, sentimientos y opiniones de manera inapropiada e impositiva. Vulnerando los derechos de los demás. La agresión puede ser verbal (comentarios ofensivos, amenazas, etc.) o no verbal (gestos hostiles, miradas desafiantes, etc.).

Consecuencias del estilo agresivo de comunicación:

  • Conflictos interpersonales
  • Tensión
  • Frustración
  • Pérdida de oportunidades
  • Soledad.

Conoce los 3 estilos de comunicación

Estilos de comunicación saludable

Y ahora que ya conoces qué efectos negativos pueden tener la comunicación pasiva y agresiva, vamos a ver cómo desarrollar la asertividad, el estilo de comunicación saludable por excelencia.

Pautas para desarrollar la Asertividad

Si eres una persona en la que predomina un estilo de comunicación pasivo, puedes poner en práctica las siguientes estrategias para entrenar tu asertividad:

  • Ten iniciativa y pierde tus miedos, sé de los primeros en hablar cuando te encuentres con otras personas. Puedes empezar diciendo hola o adiós.
  • ¡Rompe el hielo! Puedes aprender muchas cosas de las personas que te rodean, así que habla con ellas. De esta manera os conoceréis y poco a poco iréis creando una relación de confianza.
  • Manifiéstate: expresa lo que piensas, lo que sientes, lo que te gusta y lo que no. No hace falta que te justifiques por todo, al fin y al cabo es tu opinión.
  • Sé claro y exprésate con claridad. No des rodeos, ve directamente al grano.
  • Expón tus argumentos a pesar de que los demás no aprueben lo que dices. Sé firme, reflexiona sobre lo que dice el otro y quédate con lo que creas que es objetivo.
  • Manifiesta respeto por la opinión del otro y sigue opinando. Tu opinión es tan válida como la de los demás.
  • Habla en tu nombre, en primera persona, y no te excuses. Di «YO».
  • Ten iniciativa a la hora de conseguir tus objetivos. Es un error pensar que alguien lo hará por ti.
  • Sé resolutivo en tareas o conflictos. Propón soluciones.
  • Di NO si es necesario. Es tu derecho y tu responsabilidad. Hazte respetar.
  • Mira a la otra persona cuando estés hablando.
  • Respeta tu turno y habla cuando te toque, no lo dejes pasar. 
  • El silencio no soluciona nada; con el silencio evitas, postergas y te acabas sintiendo impotente y frustrado.
  • Tu aportación es importante e interesante. Es un error pensar que el otro se aburrirá con lo que tengas que decir. Más aburrido es que estés callado sin decir nada.

Si eres una persona en la que predomina un estilo de comunicación agresivo, aquí tienes unas estrategias  que puedes poner en práctica para acercarte a la asertividad:

  • Mira a la otra persona cuando te esté hablando; dale señales de que estás escuchando y muestras interés por lo que te está explicando. Demuéstrale que lo que te está explicando es importante. Puedes aprender mucho de las personas que te rodean.
  • No interrumpas, escucha y sé paciente, a no ser que se estén propasando contigo.
  • Alterna escuchar a la otra persona y hablarle.
  • No hables en exceso. Invita al otro a que exprese su opinión.
  • Responde de manera abierta, con algo más que un «sí» o un «no», para que la otra persona tenga algo a lo que aferrarse para continuar la conversación.
  • No te cierres en banda, aunque no estés de acuerdo.
  • Relájate y mantén una postura abierta, no de ataque, en relación con lo que te digan. Esto no implica que cambies de opinión, sino que respetes la ajena.
  • Busca la parte positiva de aquello que te están diciendo. La otra persona también puede aportarte cosas e invitarte a la reflexión.
  • Conserva tus relaciones, sé constante y cuida a las personas que te importan. Aunque parezca básico, trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti.

¿Qué función tiene la asertividad en los equipos de trabajo?

Enfocándonos en la función que tiene la asertividad en una organización empresarial, vamos a analizar para qué sirve potenciarla dentro de los equipos de trabajo.

Tener un equipo cuyos miembros se relacionen con un estilo de comunicación asertivo permitirá que se puedan expresar desacuerdos, negociar y llegar a compromisos que beneficien a todas las personas que componen el equipo. De esta manera, estaremos ante un equipo sano y motivado con su trabajo, que difícilmente sufrirá estrés, lo cual se traduce en un alto desempeño y éxito empresarial. Asimismo, será un equipo compuesto por personas que se sientan escuchadas y atendidas, por tanto, gozarán de un sentimiento de seguridad y compromiso con su equipo, lo cual ayudará a que den lo mejor de ellas y promuevan el crecimiento del negocio.

Lógicamente, el líder del equipo tendrá que ser un modelo claro de asertividad con el resto de los componentes y tendrá que fomentar este estilo de comunicación dentro de su equipo, porque es desde arriba desde donde se debe empezar. 

Existen diversas estrategias y ejercicios que pueden ayudar a fomentar la asertividad en los equipos de trabajo: 

  • Realizar role-playings para practicar la resolución de conflictos
  • Llevar a cabo salidas de Team building para generar confianza entre los miembros del equipo.
  • Dejar las puertas de los despachos abiertas, con el objetivo de fomentar el acercamiento y la fluidez de la comunicación.
  • Dar expresamente el turno de palabra a todos los miembros del equipo durante las reuniones de trabajo para facilitar la comunicación y la integración
  • Tener una especie de decálogo con los derechos asertivos impreso en el tablón de la sala de reuniones, no solo es una manera de recordar que tenemos esos derechos, sino que motiva a ejercerlos
  • Llevar a cabo debates sobre temas que no tengan relación con el trabajo, de cara a fomentar la expresión de opiniones, ideas, sentimientos, etc.

Cuando descubrimos las consecuencias positivas de practicar la asertividad, tanto en el terreno personal como en el terreno laboral, se acaba convirtiendo en una práctica imprescindible, debido al beneficio que nos aporta y a la mejora que implica en nuestra calidad de vida.